El gigante holandés se convirtió el pasado domingo en el nuevo campeón del Giro de Italia, superando en los pronósticos al favorito Nairo Quintana en un duelo de estilos que hizo que el tulipán sumara adeptos en lo que pudiera ser el nacimiento de un nuevo ídolo del ciclismo mundial.
Aguantar en la montaña y triturar en la crono, misma fórmula de Miguel Induráin, fue lo que hizo Dumoulin en el Giro. Además hay otra similitudes con Miguelón. Induráin mide 1.86. Dumoulin 1.85, el primer Tour de Francia lo consiguió a los 27 años luego de un proceso de “maduración” lento y ya en su octavo año en el profesional. Dumoulin ganó su grande a los 26 años (cumple 27 en noviembre) y también en su octavo año en el profesional.
Aunque es muy temprano aún para establecer comparaciones con el quíntuple ganador del Tour de Francia, no está de más recordar que Induráin se hizo grande también por su gran caballerosidad dentro y fuera de las carreras.
Este fue un Giro muy Tour, se corrió a ritmo frenético por parte de los equipos que tenían en sus filas a los favoritos, pero los capos, bien sea por tener fuerzas muy igualadas o porque los vatios “mandaban” a tener cautela, se atacaron muy poco. Los escaladores no pudieron sacar diferencias notables con un Dumoulin que, con un equipo sin escaladores de postín que pudieran ayudarlo en las cuestas, se las arregló para no ceder más tiempo del necesario a sabiendas de que la crono le favorecería.
No fueron sus rivales los que lo pusieron contra las cuerdas, sino una diarrea en plena etapa. Fue ese momento y no otro, el que evitó que ganara con más comodidad el Giro. Algunos dirán que Nairo Quintana no estaba en su mejor momento, pero decir que el colombiano estando fuera de forma es capaz de perder el Giro por menos de un minuto, a mi juicio es faltarle el respeto al nivel de los demás corredores. Sin desmeritar el trabajo de Quintana, Níbali y Pinot, el líder del Sunweb simplemente fue mejor en el Giro y su justo campeón.
Dos momentos son interesantes de recordar: cuando Dumoulin esperó a Quintana luego de que el colombiano se cayera en un descenso, hecho que fue aplaudido en su momento por buena parte de la afición. Y cuando el ahora campeón dijo públicamente que prefería que Quintana y Níbali se quedaran fuera del podio, luego de que corrieran, a juicio del holandés, para que él perdiera y no para ganar ellos. Cosas como esas suceden siempre dentro de un pelotón, lo que generó polémica fue que lo sacara de la esfera privada, luego le tocó pedir disculpas, pero son gajes que los kilómetros irán moldeando, ya el futuro dirá si aprende las lecciones o no.
Quintana el último día hizo la crono de su vida, pero se quedó corto por poco. El colombiano no pierde el Giro allí, pierde el Giro en las montañas donde no fue capaz de sacar diferencias, en el Etna donde no atacó o en Oropa donde fue superado por Dumoulin. Nairo ahora tiene un nuevo rival y los próximos años nuevamente serán los duelos entre el escalador y el croner. Entre el Chiappucci y el Induráin, pero si se repite la historia, al líder del movistar le tocará tragar grueso.
Ojala el Tour se corra como se hacía en el Giro. Froome y Contador tendrán esa responsabilidad. ¿Valverde? Puede hacer lo que quiera ya se ha mostrado como 'el que más' esta temporada ¿Quintana? Esperar que el esfuerzo del Giro no lo deje vacío en la Gran Boucle. Mientras Dumoulin los verá por la TV con el maillot rosa centenario colgado en la sala de su casa.