El campeón de la Vuelta al Táchira en condición de novato para el año 2002, aseguró que siente mucha tristeza por la compleja realidad que atraviesa el club.
Cuando se oye hablar de Freddy Vargas siempre salta en conjugación de ideas el nombre del club Lotería del Táchira, y es que el experimentado corredor estuvo ligado durante los últimos 14 años a la escuadra de la casa de beneficencia andina, de la cual salió hace algunos meses sin ninguna explicación por parte de sus directivos; sin embargo, hoy agradece haber sido excluido, porque asegura que no quisiera vivir la crisis que están padeciendo sus compañeros.
Para Freddy, campeón de la Vuelta al Táchira para el año 2002 en condición de novato, único en la historia de los giros andinos en alcanzar esa proeza, la situación actual que se vive en la escuadra Lotera es indignante, y no es posible que una institución tan añeja en el mundo del ciclismo y con tanto prestigio, esté dando lástima como lo viene haciendo.
“Es bastante difícil ver lo que está pasando e incluso opinar sobre esto, pasé los últimos 14 años sirviendo a Lotería del Táchira y ver como se está derrumbando me genera mucha tristeza. Habló con mis ex compañeros y les doy mi palabra de solidaridad”, comentó Vargas.
El nativo de Mucuchíes, estado Mérida, quien ahora pertenece al equipo de su tierra Gobernación de Mérida-Fundarujano, explicó que a el mismo lo excluyeron del club el año pasado sin previo aviso y sin razón alguna, apenas una secretaria le entregó la carta de despido, ya que ni siquiera un directivo le dio la cara, “yo estaba corriendo en el extranjero como siempre lo hago, específicamente en Guadalupe, y cuando regresé, mi sorpresa es que ya no pertenecía al club, y me pregunto, después de 14 años ni siquiera darme la cara para explicarme la razón de mi salida”.
Por último, y sobre todo ese oleaje de críticas que se han venido tejiendo en contra del actual presidente de Sport Táchira, Fabián Uquillas, el experimentado pedalista señaló que él ya no pertenece al club y prefiere no emitir un juicio de valor en contra el directivo porque sería una falta de respeto, pero sí recordó, como anécdota, que “la primera vez que vi al señor Uquillas lo único que me preguntó era como me llamaba, cosa que me llamó poderosamente la atención, de ahí para acá lo demás es historia”.