La refrigeración, lubricación de las articulaciones, transporte y absorción de nutrientes, eliminación de desechos metabólicos, son algunas de las funciones más importantes que cumple el agua en nuestro cuerpo. Como ya debes saber al ejercitarnos, nuestro cuerpo pierde agua y sales minerales.
Según el European Hydration Institute, el rendimiento físico suele disminuir cuando la deshidratación supera un 1-3% del peso corporal, aproximadamente. Además, este instituto advierte de que se ha comprobado que una pérdida de agua corporal de más de un 2% producida por el ejercicio realizado a temperaturas calurosas reduce el rendimiento en una amplia variedad de pruebas de rendimiento físico y mental.
Por eso, saber cómo ingerir líquidos para compensar este descenso es fundamental si queremos evitar lesiones y calambres, así como mejorar el rendimiento a la hora de montar en bicicleta. ¡Aquí te enseñamos!
Es muy importante asegurarte de estar bien hidratado, sobre todo si vas a ejercitarte en un ambiente cálido. Lo recomendable es que tomes de unos 400-600 ml de agua o bebida deportiva 1-2 horas antes del ejercicio para comenzar la actividad con una hidratación adecuada. También incluye algunas frutas ricas en Vitamina C, que además no solo te hidratan sino que te dan mucha energía.
Bebe al principio y luego en intervalos regulares con el fin de consumir los líquidos a un ritmo que permita reponer el agua y los electrolitos perdidos por la sudoración y a mantener los niveles de glucosa en sangre.
La cantidad que necesitas beber dependerá de cuánto sudas, cuánto tiempo haces ejercicio y, por supuesto, si efectivamente tienes la oportunidad de beber mientras haces ejercicio. Si no nos hidratamos ni estiramos correctamente, podemos sufrir calambres durante el ejercicio.
Para los ciclistas que entrenan durante más de una hora, las bebidas deportivas que contienen carbohidratos o incluso simplemente un refresco a base de extractos puede ser de gran ayuda, ya que el azúcar proporciona energía adicional y las sales los ayudarán a mantenerse hidratados.
Una vez que hayas terminado el entrenamiento, es necesario beber algo tan pronto posible. Esto te refrescará, repondrá los líquidos que perdiste y ayudará a tus músculos a recuperarse. También debes incorporar una fuente de carbohidratos y proteínas, por ejemplo un batido de proteínas.