¿Te has preguntado alguna vez cuándo entró el ciclismo en los Juegos Olímpicos? ¿Sabías que fue de los primeros en la era moderna?
¡Pues sí! En 1896, el ciclismo de pista fue uno de los cinco deportes incluidos en los Juegos Olímpicos de la Modernidad, en Grecia, junto con el atletismo, la esgrima, la gimnasia y la natación.
En los Juegos Olímpicos de Atenas en 1896 se contó con los siguientes eventos de ciclismo: contrarreloj de 1.3 km (hoy en día es de 1 km), 2.000 m sprint, 10.000 m, 100 km y la carrera de 12 horas.
El ciclismo en ruta no fue incluido sino después de tres Juegos, pero desde que volvió al programa en 1912, este deporte siempre ha estado presente en los Juegos Olímpicos. Por otro lado, el ciclismo en pista solo se ha perdido una edición Olímpica: la de Estocolmo 1912.
Mucho antes de que el ciclismo formaran parte del programa deportivo, ya se utilizaban bicicletas en los Juegos Olímpicos para el avituallamiento durante los maratones.
También aparecieron en las Olimpiadas de 1908.
Fue uno de los eventos más peculiares del calendario Olímpico, el bikepolo, que fue deporte de exhibición. Una disciplina en donde los competidores cambian sus caballos por bicicletas.
También, el tándem masculino 2000 m hizo su debut Olímpico en 1908, y fue una prueba fija del programa entre 1920 y 1972. Actualmente, sigue formando parte del programa de los Juegos Paralímpicos.
En 1916, 1940 y 1944 los Juegos Olímpicos estuvieron suspendidos por la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial.
Hasta los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, solamente podían participar hombres, tanto en pruebas de ruta como de pista, no fue hasta los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984 que la categoría femenina en ruta hizo su debut Olímpico. En Seúl 1988 compitieron por primera vez mujeres en una prueba de pista.
En 1996 en Atlanta se añadió al programa la disciplina de ciclismo de montaña, aunque el ciclismo Olímpico se restringió en sus orígenes solo a deportistas amateurs en este año se permitió a los ciclistas profesionales que compitieron en los Juegos. En 2008, Pekín fue la ciudad anfitriona cuando el BMX racing apareció en el programa Olímpico.
Para Londres 2012, los hombres y mujeres participaron por primera vez en los mismos eventos de ciclismo. Y, finalmente, en Tokio 2020 BMX freestyle hizo su debut Olímpico.
Históricamente, el ciclismo ha estado dominado por los atletas europeos:
El británico Bradley Wiggins es el atleta con más medallas Olímpicas en ciclismo. Consiguió bronce en persecución por equipos (Sídney 2000); oro en persecución individual, plata en persecución por equipos y bronce en madison (Atenas 2004); y oro en persecución individual y por equipos en Pekín 2008. En Londres 2012, ganó otra medalla de oro en contrarreloj individual. En Río 2016, el mismo año de su retirada, volvió a subirse a lo más alto del podio en persecución por equipos.
La mujer con más medallas olímpicas del ciclismo en la historia es Leontien van Moorsel, de Países Bajos, quien ganó tres oros (ruta, contrarreloj y persecución individual) y una plata (carrera por puntos) en Sídney 2000. También logró el oro en la contrarreloj y un bronce en persecución individual en Atenas 2004.
¿Sabías qué? La bicicleta, además de ser una invención novedosa en cuanto a transporte también se convirtió en un símbolo de empoderamiento para las mujeres en la historia impulsándolas a luchar por sus derechos. Pero, ¿cuándo empezaron las mujeres a competir en el ciclismo?
Para hablar sobre el inicio de las competencias de ciclismo para mujeres, hay que remontarse un poquito más en la historia. Todo esto comenzó en Europa en el siglo XVIII, una época en que las mujeres no tenían derechos y donde todas sus acciones tenían que pasar la aprobación del hombre al mando.
La llegada del velocípedo (La bicicleta en aquella época) fue como un rayo de esperanza para aquellas mujeres que se sentían cansadas y desamparadas al hacer las labores del hogar, de coser y de cuidar de sus maridos.
Las mujeres descubrieron que este vehículo les permitía desplazarse de un lugar a otro sin la dependencia de un hombre que las pudiera llevar o acompañar. Por primera vez en su vida, las europeas, habían probado lo que significaba tener autonomía y libertad; y no lo iban a soltar tan fácilmente.
Andar en bicicleta impulsó a las mujeres a buscar ropa más cómoda para pedalear; las faldas y corsés fueron cambiando, poco a poco, por pantalones bombachos.
Una de sus principales referentes fue Amelia Bloomer. Una mujer que defendió los intereses de las mujeres ciclistas, así como su derecho de voto en Estados Unidos. Ella fue quien diseñó los famosos pantalones de mujer para montar en bicicleta, llamados bloomers.
Obviamente, la sociedad de aquella época no se lo tomó para nada bien. El rechazo y la desaprobación llegó a punto tal que rayaba en lo fantástico, relacionando la esterilidad, el aborto y la excitación sexual por el uso de la bicicleta. Sin embargo, eso no detuvo a las mujeres de seguir avanzando y organizar sus propias competencias de ciclismo.
A diferencia de la primera carrera de ciclismo de hombres, a la primera carrera de bicicletas para mujeres se presentaron 4 chicas
Fue un 1 de noviembre de 1868 la fecha en la que comenzaron a competir las mujeres en el ciclismo. Ese día ocurrió la primera carrera ciclista de mujeres
El recorrido fue muy corto, eran tan sólo 500 metros de distancia. Las presentes en este evento fueron cuatro ciclistas (consideradas las pioneras del ciclismo femenino) que se preparaban en sus velocípedos: América, Olga, Parisiana y Fátima. (La foto de más arriba es netamente referencial, no tenemos certeza de que las cuatro chicas de la foto hayan sido esas primeras cuatro mujeres)
Como era de esperarse estas cuatro mujeres tenían la total atención del público no solamente porque estaban en bicicleta, sino porque sus vestimentas eran escandalosas.
Eso no detuvo a nuestras pioneras, es más, les sirvió de energía para rebelarse frente a los prejuicios de esa época, que no concebían que las mujeres pudiesen realizar cualquier práctica física asociada a los hombres.
La prueba la ganó una llamada Miss América que se impuso “por una nariz de ventaja”, a la segunda, una rusa llamada Miss Olga, una bella moscovita de 20 años. En tercera y cuarta posición quedaron las francesas Parisiana y Fátima, respectivamente.
Así fue cómo nació el ciclismo femenino y al año siguiente fueron cinco las mujeres que se presentaron para participar, volviendo a ganar Miss América que, según testimonios de la época.
El ciclismo impulsó grandes avances en la búsqueda de la igualdad de género, que precisamente en el siglo XIX propiciaría el surgimiento de movimientos como el sufragista, el cual reivindicaba el derecho de las mujeres a ejercer el voto.
Actualmente, en Afganistán las mujeres siguen pedaleando en forma de protesta para tener igualdad de derechos.