Tener un buen FTP y una alta potencia es motivo de orgullo para cualquier ciclista, pero ¿de qué sirve si no puedes mantener ese rendimiento cuando realmente lo necesitas? La verdadera diferencia entre un ciclista promedio y uno ganador radica en la resistencia a la fatiga: la capacidad de sostener tu potencia incluso cuando las piernas ya están cansadas. Así lo explica el entrenador Tim Cusick en su artículo publicado en TrainingPeaks, “Race Stronger, Longer: How to Build Fatigue Resistance”.
La resistencia a la fatiga, o durabilidad, es la habilidad de producir potencia después de haber acumulado horas de esfuerzo y miles de kilojulios gastados. Imagina dos ciclistas con el mismo FTP y potencia máxima de 1 minuto; el que logra mantener esos valores tras varias horas de carrera será el que marque la diferencia en los momentos decisivos.
¿Cómo se mide y mejora la resistencia a la fatiga?
El software WKO5 permite visualizar tu curva de potencia después de un gasto energético específico, mostrando cómo se comporta tu potencia bajo fatiga. Por ejemplo, un ciclista con baja resistencia a la fatiga puede perder hasta un 35% de su potencia máxima de 1 minuto después de 1.500 kJ, mientras que uno bien entrenado apenas pierde un 9%. Esta información es clave para diseñar entrenamientos personalizados y enfocados en tus debilidades.
Un ejemplo de entrenamiento efectivo es el “Fatigue-Prime Interval”:
- Pedalea 2 a 3 horas a ritmo de resistencia (65-75% de tu FTP) para acumular entre 1.000 y 1.500 kJ.
- Realiza un sprint máximo de 1 minuto.
- Completa 2 a 4 intervalos al 90-95% de la potencia alcanzada en ese sprint fatigado.
No olvides la importancia de la nutrición: consumir entre 40 y 90 g de carbohidratos por hora durante los entrenamientos largos es fundamental para sostener la potencia y favorecer la adaptación.
¿Y si no tienes WKO5?
Si no dispones de WKO5, puedes contratar a un entrenador que te ayude a monitorear y ajustar tus entrenamientos basándose en tus sensaciones y resultados. Otra opción válida es realizar las series después de acumular fatiga, guiándote por cómo te sientes para entrenar la resistencia a la fatiga de forma efectiva, aunque con menos precisión que con un software especializado.
En conclusión, no basta con tener buenos números en los tests de potencia; lo que realmente importa es poder usarlos cuando la carrera lo exige. Entrenar la resistencia a la fatiga y analizar tus datos con herramientas como WKO5 —o hacerlo con un entrenador o por sensaciones— te permitirá ser fuerte cuando más lo necesitas y marcar la diferencia en la meta.