La décima etapa del Tour de Francia transcurrió con tanta tranquilidad y relajación que Phil Bauhaus, uno de los participantes en la carrera, registró una frecuencia cardíaca media de apenas 110 pulsaciones por minuto, mientras que su potencia media fue de unos escasos 140 vatios, cifras que la mayoría de los aficionados reconocerían en una carrera tranquila . Alexander Kristoff, otro corredor que aspira a ganar en Saint-Amand-Montrond, contó una historia similar: “Tengo una frecuencia cardíaca baja”, comenzó el corredor de Uno-X Mobility, “pero aun así, hoy he tenido una media de 100”.
La explicación de los bajos valores de potencia y frecuencia cardíaca es que, por tercera vez en las 10 etapas de la carrera, no se formó una escapada significativa y, por lo tanto, el pelotón cse mantuvo compacto desde el principio hasta el final. Sin nadie a quien alcanzar, no había necesidad de apresurarse. El debate en torno a los autobuses del equipo después del día fue si ASO, los organizadores de la carrera, deben replantearse cómo estructuran las etapas de transición y llanas.
“Si queremos que haya más en esta etapa, hay que organizar un maillot especial para los sprints intermedios, que sea diferente del maillot verde”, explicaba el director deportivo del Intermarché-Wanty, Aike Visbeek, momentos después de ver a su corredor Biniam Girmay acabar segundo por detrás de Jasper Philipsen (Alpecin-Deceuninck) . “Ahora mismo, se elimina el incentivo de gastar mucha energía [con un solo sprint intermedio] y no hay puntos de montaña.
“Cuando no tienes un maillot de sprint intermedio, te toca este tipo de etapas, y si cambiamos eso con un maillot en juego con tres o cuatro sprints intermedios en la etapa, entonces obtendríamos una dinámica diferente, con equipos que buscan ese maillot, que compiten ofensivamente y que quieren estar en la escapada. Ahora hay muy poco que ganar”.
Visbeek continuó: “Mi mayor preocupación son los espectadores: si quieres entretener a la gente pero no hay nada que ver, poco a poco empiezas a tener menos gente que va a ver tres horas de ciclismo. Ellos [los organizadores de la carrera, ASO] empezaron con etapas atractivas y han calentado su batalla por la general… pero una clasificación intermedia al sprint sería una buena manera de hacerla un poco más emocionante”.
Kristoff, 16º en la comuna del centro de Francia, se hizo eco de los pensamientos de Visbeek. «Miras el recorrido de la carrera y ¿ves alguna razón para ir en la escapada?», preguntó retóricamente el noruego. «No había muchos puntos para el maillot del sprint y cero puntos para el maillot de la subida, así que no había mucho que ganar y nadie quiere desperdiciar energía en la carrera más importante del mundo.
“Si hubiera un ascenso de categoría cuatro o una bonificación, habría más motivos para ir [a la fuga]. Pero ahora nadie da nada gratis y todo el mundo sabe que había un 99% de posibilidades de un sprint, así que nadie quería correr ese riesgo del 1%”.
